Cuando regresan a España, se instalan en Madrid y Luís inicia sus estudios de pintura, primero junto a su padre y más tarde asistiendo a las clases de la Junta Preparatoria de la Real Academia de Bellas Artes. En estos momentos, la Academia de Bellas Artes aún no existía, se estaba formando y Francisco, fue uno de los responsables de su creación. Pero las continuas desavenencias con sus compañeros hace que poco a poco se retire del proyecto, lo que afecta al joven artista, que acaba siendo expulsado.
Bodegón - "Limas, caja de dulce y recipientes" (Luis Meléndez). Museo del Prado.
Bodegón de Luis Meléndez
Trabajó como ayudante de su padre realizando miniaturas para joyas y fue discípulo del francés Louis-Michel van Loo, quien le instruyó en el retrato y en la pintura de historia. Y al quedar interrumpida su formación decide marchar a Italia por su cuenta, visitando Roma y Nápoles.
A su vuelta a Madrid en 1753, trabajará primero como miniaturista por encargo de Fernando VI, pintando bellas escenas y pequeños paisajes en los libros del coro de la Real Capilla. Después, durante el reinado de Carlos III, realizó una serie de pinturas dedicadas al Príncipe de Asturias, hijo del rey y futuro Carlos VI, pero nunca consiguió un cargo en la corte.
Se inclinó por la pintura de naturaleza muerta, especializándose en los bodegones, género al que dedicó la mayor parte de su producción.
Bodegón de Luis Meléndez
Sus bodegones, ejecutados con una técnica minuciosa, presentan unas composiciones sobrias, ordenadas con pocos elementos, con gran precisión en los detalles y gran realismo. Elige sus motivos buscando diferentes formas y texturas. Se caracteriza por el predominio de la luz, la expresividad del color y la firmeza del dibujo. El punto de vista es bajo, como si Meléndez hubiera pintado sus bodegones sentado delante, con los objetos dispuestos a la altura de sus ojos.
Obras de Luis Meléndez
Bodegón de frutas y utensilios de cocina
En esta obra se decanta por las frutas de formas esféricas, de aspecto brillante y sin defectos. En primer término, sitúa un grupo de pequeñas peras junto a un limón y unas cerezas, que parecen haber rodado hasta el borde de la mesa.
Imita la textura, contrastando la apariencia áspera del barro con la suavidad de la piel de las frutas. Las piezas están ordenadas por tamaños e iluminadas por una fuerte luz, que proviene del lado izquierdo.
Bodegón con tomates, berenjenas, cebollas y cuenco
Meléndez representó con extraordinaria precisión las formas y superficies de las hortalizas. Los tomates, mediante una gama de matices rojos, aplicando cuidadosamente los toques de luz y la piel de las berenjenas, con audaces toques de pintura verde-azul, amarilla y su característico color vino, que va aumentando a medida que van madurando.
Bodegón con plato de ciruelas, brevas y rosca de pan
Aparece un plato colmado de ciruelas y a un lado, sobre una servilleta doblada, una rosca de pan. A otro lado, tres higos rellenan el vacío de la izquierda procurando equilibrar la composición.
Bodegón con naranjas, plato de nueces, melón, cajas de dulces y recipientes
En este bodegón de 1772, vemos un retrato del rey Carlos III escondido tras las frutas. El busto fue ocultado por Meléndez, haciendo desaparecer una de sus pocas obras con figura humana.
Obra de Luis Melendez
Otras obras son Bodegón con calabaza; Bodegón con cerezas, ciruelas, queso y jarra; Bodegón con granadas, manzanas, acerolas y uvas en un paisaje; Bodegón con membrillos, melocotones, uvas y melón; Bodegón con limas, caja de jalea, mariposa y recipientes; Bodegón con sandías y manzanas en un paisaje; Bodegón con plato de acerolas, queso y recipientes; Bodegón con pepinos y tomates; Bodegón con frutas y un jarro; Bodegón con caja de dulce, roscas y otros objetos; Frutero con uvas, peras, melocotones y ciruelas; Bodegón con ciruelas, brevas, pan, barrilete, jarra y otros recipientes o Bodegón con manzanas, nueces, tarro y cajas de dulce.