miércoles, 10 de septiembre de 2014

"EL CASO DEL HUEVO PRESTADO"

En este cuento popular judío, tenemos un buen ejemplo de cómo lo justo, prevalece sobre el absurdo y la posición. Dice así:

"Reinando David sobre los judíos sucedió que un joven paje fue invitado a una cena en el palacio. Sirvieron un plato con huevos duros, y el paje, que estaba hambriento y tenía poca costumbre de asistir a este tipo de actos, se abalanzó sobre su plato y, en un abrir y cerrar de ojos, dio buena cuenta de él.

Al poco rato el joven se percató de que nadie más había empezado siquiera a probar la comida. Avergonzado y turbado, se dirigió a su vecino de mesa y le pidió que le prestase un huevo de su plato.

-Con mucho gusto -dijo éste-. Pero me tiene que prometer que me devolverá el huevo en cuanto se lo pida, con todos 
los beneficios que hubiera producido en este tiempo.

-De acuerdo -contestó el paje, contento de salir del apuro y sin reparar en la promesa que hacía.
Pasaron unos años. Un día, el joven paje se encontró en el palacio con el amable comensal.

-¿Se acuerda de mí? -le preguntó el hombre-. Hace unos años le presté un huevo durante una cena.

-¡Ah sí, claro! -contestó el paje-. Ahora mismo iré a las cocinas a devolvérselo.

-Recuerde que me prometió el huevo con todos los beneficios que hubiera dado en este tiempo. Ahora me debe exactamente…tres mil gallinas, cuatro mil gallos, veinte mil pollos y cien mil huevos.

-¡Recórcholis! -exclamó el paje-. No es posible. ¡Jamás lograré reunir tal cantidad de aves!

-Todo ello lo hubiera producido el huevo en este tiempo. Debe cumplir su promesa.

Como el paje no estaba de acuerdo acudieron al juez, y éste le dio la razón al acreedor.

El joven paje iba cabizbajo por las calles de Jerusalén llorando desconsoladamente. Le vio el príncipe Salomón y le preguntó por el motivo de su desesperación. Oída la historia, el príncipe dijo:

-Vete a las tierras lindantes con el camino real con un saco de habas cocidas. Siembra las habas. Por allí pasan los soldados del rey y te preguntarán qué estás haciendo. Contéstales que siembras habas cocidas esperando que den fruto, porque si un juez creyó que podían salir polluelos de un huevo duro, ¿por qué no iban a dar fruto las habas cocidas?

El joven paje hizo lo que el príncipe le había aconsejado y pronto su historia llegó a oídos del rey, quien no tardó en revocar la sentencia, y el joven tuvo que devolver un solo huevo duro."

RECETA DE HUEVOS RELLENOS DE SALSA TÁRTARA Y GAMBITAS

Ingredientes:

12 nuevos duros
60 g. de gambitas cocidas
110 g. de mayonesa no muy espesa
3 pepinillos en vinagre
1'5 cucharadas de alcaparras
1'5 cucharaditas de mostaza Dijon
2 cucharadas de cebollino picado

Preparación:

Ponemos los huevos en un cazo con agua fría y un puñado de sal. Llevamos a ebullición y contamos 10 minutos desde este momento. Durante el proceso, vamos volteando los huevos con cuidado para que nos quede la yema cocida en el centro. Una vez pasados los 10 minutos los refrescamos con agua fría para cortar la cocción y cuando estén tibios, los pelamos.

Picamos fino los pepinillos, las alcaparras y las gambas (reservamos 12 para la decoración final). Lo mezclamos todo con la mayonesa y parte del cebollino que habremos picado previamente.

Cortamos una pequeña capa de la base de los huevos para que nos aguanten de pie, y cortamos también una porción de la parte contraria. Vaciamos las yemas con la ayuda de una cucharilla y con cuidado de que no se nos rompan las claras. Incorporamos las yemas a la mezcla de mayonesa y rellenamos los huevos con la misma cucharilla de antes. Por último, decoramos con una gambita y cebollino picado por encima. Los mantenemos en el frigo hasta el momento de servir.

¡Bon appetit!


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