¡Quien estuviera ahora en edad de pelar la pava! Esta expresión, de origen andaluz, se relaciona directamente con la actitud de dos jóvenes enamorados que se hablan o "tontean" cariñosamente. Con los años y los nuevos tiempos los tonteos no son ya tan inocentes y la pava se pela de otra manera más directa y menos romántica.
Su aparición la podríamos situar a finales del siglo XIX o principios del XX, y prácticamente todos los historiadores coinciden en indicar que la expresión se originó cuando en cierta ocasión, la señora de una rica casa andaluza, ordenó a su criada que desplumara una pava para servirla cocinada en la cena. La muchacha habiendo cogido la pava, se colocó junto a una ventana enrejada y se dispuso a realizar su tarea; a esto que apareció por allí el joven enamorado de la chica, como no podía ser de otra manera, ambos comenzaron a hablar de sus cosas y se les fue el santo al cielo.
Ante la tardanza de la criada, la señora ya impaciente, preguntó a voces que qué estaba haciendo que tardaba tanto en regresar a la cocina. La muchacha apurada por las voces pero encantada con la situación contestó:
-"Ya voy señora…que estoy pelando la pava" .
Y de aquí en adelante se estiló el ir a cortejar a la novia a la ventana enrejada o balcón, mientras ella sentada y metida en faena, "pelaba la pava".
Esta versión es defendida por el folklorista y cronista sevillano Luis Montoto. Mientras que según el periodista y escritor Nestor Luján la historia la protagonizaban una madre y su hija. Aunque otros autores, sin embargo, dicen que dicho modismo, proviene de imagen que daba el joven pretendiente que solía acudir a la cita para el cortejo con una guitarra o mandolina, la cual ofrecía un parecido con la de una persona que sujetara una pava con la mano derecha y la estuviera pelando con la izquierda.
En la fotografía os dejamos una imagen de dos "jovencitos" malagueños de 1922 en pleno cortejo "pavil"