sábado, 13 de septiembre de 2014

PASTEL HELADO DE LIMÓN

Hace tiempo que le tenía ganas a éste pastel, y no me equivoqué, es de un suave sabor a limón, delicado y fino. Yo no tenía el "limoncello" un licor italiano de limón muy dulce, lo sustituí por un almibar, la mitad de agua y mitad de zumo de limón, azúcar (lo hice a ojo), la piel rallada del limón y la gelatina, se notaba un poco la acidez del limón que al mezclarlo con la suavidad de la mousse hacía un contraste que nos gustó mucho a todos.
Aunque veais mucha letra con mucha explicación, no es complicada, sí, un poco laboriosa, pero en cuánto se la coge por la mano, resulta ya más fácil. Vale la pena hacerla, está deliciosa !!



PASTEL HELADO DE LIMÓN

Ingredientes:

Para la base:

200 grs. de galletas
1/2 vaso de leche
2 yemas
Para la mousse de limón:
400 grs. de queso cremoso
400 grs. de nata semimontada (35% MG)
50 grs. de azúcar glass
7 hojas de gelatina
200 ml. de jarabe de arce
60 grs. de limón confitado
100 ml. de zumo de limón
hojas de menta

Para la gelatina:

hojas de menta
1 hoja de gelatina
100 ml. de "limoncello"
1 limón (sólo la parte amarilla rallada)

PREPARACIÓN

Para hacer la base.
Rompemos las galletas en un bol grande, da igual que queden trozos grandes, porque con la leche se desharán.
Añadimos la leche y lo iremos removiendo con una espátula.
Añadimos las dos yemas, que serán las responsables de que ligue todo en el horno. Removemos todo muy bien. Ésta base se cocerá enseguida, porque la harina de galleta ya está cocida.

Encender el horno a 180ºC. Preparamos el molde, (utilicé un molde redondo que se separa la base de la anilla lateral), si no es antiadherente, lo engrasamos con mantequilla.

Extender la masa de las galletas por toda la base del molde, meter al horno durante 10 minutos a 180ºC.
Una vez pasado el tiempo, lo sacamos del horno, desmoldamos, y cubrimos la base con papel film
y volvemos a poner la base de galletas encima. Reservar.

Haremos una crema fría, tipo bavaroise, una mousse de limón.

Poner un cazo al fuego con el jarabe de arce, no queremos que hierva sólo que se caliente.

Preparamos un recipiente con agua fría para remojar las hojas de gelatina, y de ésta manera , activarlos.
Ponemos el queso fresco en un bol, lo tapamos con papel film y lo metemos al microondas unos 15 segundos a 360º, lo justo para que quede más flexible.
Añadimos la gelatina al cazo donde tenemos el jarabe de arce, remover con un batidor manual hasta que se deshagan.

Poner el jarabe de arce con la gelatina deshecha en un bol grande, añadimos el queso fresco que hemos calentado en el microondas. Ir mezclando poco a poco con un batidor manual. Lo vamos trabajando hasta obtener una crema flexible, ahora que está caliente, cuando se enfríe será más cremosa y firme.
Añadimos el azúcar glass y lo vamos removiendo bien. Una vez esté mezclado con la crema, añadimos los trocitos de limón confitado y removemos.
Ir echando poco a poco el zumo de limón, al mismo tiempo que lo vamos mezclando.

Picamos las hojas de menta bien pequeñitas, las añadimos y volvemos a batir un poco más.
Ahora, incorporamos la nata semimontada, primero un poco, para que la crema se vaya acostumbrando, y lo vamos mezclando con una espátula. Ya podemos echar toda la nata. La mezclamos con el batidor manual.
Volcamos ésta crema encima de la masa de galletas que tenemos reservada, tapamos el molde con papel film y lo ponemos en la nevera unas dos horas.
Pasado el tiempo, lo sacamos de la nevera y lo decoramos con unas tiritas hechas con la piel de limón y unas hojas de menta.

Para hacer la gelatina:
Hacemos una gelatina que cubra la superficie. Poner un cazo al fuego y hacemos reducir el "limoncello" para evaporar el alcohol. Una vez caliente lo flambeamos.
Poner en remojo la hoja de gelatina, en agua fría.
Cuando el "limoncello" haya perdido el alcohol y haya adquirido una textura de jarabe, lo reforzaremos con la gelatina activada. Deshacer con un batidor manual.
Añadir la piel de limón rallada, remover, y volcar con mucho cuidado por encima de la mousse, procurando que quede bien distribuido por toda la superficie.

Volver a introducirlo en la nevera hasta que se solidifique la gelatina. Desmoldar con cuidado.



Lo dejé toda la noche, de un día para otro, coge más firmeza.

¡Bon appetit!
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